Colgandose de la rama y otros animales
Una jugada en la prorroga del España-China sintetiza la paulatina caida del juego de baloncesto en Estados Unidos (NBA, Olímpicos) frente el resto del mundo.
En el final de la prorroga, el segundo pivot chino, salta hacia el rebote y pretende hacer un mate con una mano sin caer al suelo. El balón choca con el aro, se propicia un contraataque español de tres contra nadie, y el chino colgado del aro (la rama).
En la tele salen los mates, pero difícilmente saldran los tres tiritos de 4-5 metros de Felipe Reyes que sí entraron, con un poco de suerte el gancho de Gasol, (Os dejo un vídeo de su entrenador específico en los Lakers, Karem Abdul-Jabbar, capaz de hacer mates, y muchas más cosas). Ojo, para jugar al baloncesto no hay que ser un armario ropero. Aquí en Málaga recordamos a Rafa Vecina. En definitiva, que el espectaculo no te haga perder dos puntos.
Otro tema es el culto al músculo que se profesa últimamente, vicio también de la NBA.
Lo primero es que las pesas limitan el crecimiento, por eso Ricky Rubio sigue canijo, no se puede hacer pesas hasta completar el desarollo, este era Gasol, y en la Selección Junior le llamaban la Pantera Rosa.
La permisividad en los choques en la NBA y cada vez más en la ACB obliga a ganar masa muscular para soportar y mover al contrario, pero ahí que esperar.
Hay que diferenciar entre la potencia bruta (Levantar la mancuerna) y la potencia neuronal (Yo lanzó el balón de una punta a otra del campo.) Un entrenamiento con pesas te genera un músculo no contralado neuronalmente, y si buscas tamaño, puedes perder velocidad. El ejemplo, o mejor dicho, mal ejemplo, es Sergio Rodríguez, que vino al Europeo cuadrado, pero sin ninguna clase de chispa.
La solución es aplicar métodos de las artes marciales, lastrarse, con lo que tus movimientos son los mismos que haces en el partido, con lo que toda la potencia es neuronal, (controlada) o pegarte una sesión de fundamentos después de cada sesión de pesas. Esto lo hizó Drazan Petrovic al ir a la NBA, ya en Madrid sus sesiones de tiro eran legendarias.
Sí, hay que levantarse a las seis, para llegar temprano al Insti, y tirar una hora antes de las clases.
En el final de la prorroga, el segundo pivot chino, salta hacia el rebote y pretende hacer un mate con una mano sin caer al suelo. El balón choca con el aro, se propicia un contraataque español de tres contra nadie, y el chino colgado del aro (la rama).
En la tele salen los mates, pero difícilmente saldran los tres tiritos de 4-5 metros de Felipe Reyes que sí entraron, con un poco de suerte el gancho de Gasol, (Os dejo un vídeo de su entrenador específico en los Lakers, Karem Abdul-Jabbar, capaz de hacer mates, y muchas más cosas). Ojo, para jugar al baloncesto no hay que ser un armario ropero. Aquí en Málaga recordamos a Rafa Vecina. En definitiva, que el espectaculo no te haga perder dos puntos.
Otro tema es el culto al músculo que se profesa últimamente, vicio también de la NBA.
Lo primero es que las pesas limitan el crecimiento, por eso Ricky Rubio sigue canijo, no se puede hacer pesas hasta completar el desarollo, este era Gasol, y en la Selección Junior le llamaban la Pantera Rosa.
La permisividad en los choques en la NBA y cada vez más en la ACB obliga a ganar masa muscular para soportar y mover al contrario, pero ahí que esperar.
Hay que diferenciar entre la potencia bruta (Levantar la mancuerna) y la potencia neuronal (Yo lanzó el balón de una punta a otra del campo.) Un entrenamiento con pesas te genera un músculo no contralado neuronalmente, y si buscas tamaño, puedes perder velocidad. El ejemplo, o mejor dicho, mal ejemplo, es Sergio Rodríguez, que vino al Europeo cuadrado, pero sin ninguna clase de chispa.
La solución es aplicar métodos de las artes marciales, lastrarse, con lo que tus movimientos son los mismos que haces en el partido, con lo que toda la potencia es neuronal, (controlada) o pegarte una sesión de fundamentos después de cada sesión de pesas. Esto lo hizó Drazan Petrovic al ir a la NBA, ya en Madrid sus sesiones de tiro eran legendarias.
Sí, hay que levantarse a las seis, para llegar temprano al Insti, y tirar una hora antes de las clases.
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